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lunes, 25 de abril de 2011

Trece días de ensueño y uno de pesadilla.

Todo era perfecto, todo. Llegamos a hablar más que nunca, a vernos casi todos los días, a decirnos tropecientos te quieros cada hora, a gastarme el saldo en el y solo en el. En mi mente solo estaba el, en mis sueños, en mis palabras, en mis ojos. El era mi todo.

Y ahora, se a jodido todo, de la noche a la mañana aparecido  esa desgraciada, que solo hace las cosas por joderme a mi, solo por eso. Enveneno sus pensamientos, le hizo dejar de pensar en mi, le absorbió en una burbuja sin salida, aislado del resto del mundo, le hizo quererla a ella como a nada. Y me sentí mal, realmente mal, lloré como nunca lo había echo, mande prácticamente lo nuestro a la mierda, intente olvidarme de el, pero era difícil, muy difícil. ¿Como hacerlo si hace apenas un día solo existíamos el y yo? 
Lo pensé mejor, porque estar mal por algo que no vale la pena. Estar mal para que  esa idiota se quede satisfecha. No voy a hacerle caso ni mucho menos rebajarme a su nivel. 
Quizás nunca encuentre a alguién tan especial como lo había sido el, pero si alguien que me aprecie, me comprenda, me quiera por encima de todo. 


¿Hasta nunca amor mío? 
Quizás nunca sepas realmente lo que pienso si yo no te lo digo o alguien te lo dice por mi, pero que sepas que yo si te quería. Te quería de verdad.

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